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Si quieres perder peso, olvídate de hacer esto

 

Se acercan los meses de verano, y con ellos, también llegan las prisas por encajar dentro de los estrictos estándares que marca la sociedad. Buscamos ser 'normativos' a toda costa. Las redes sociales y la publicidad nos someten a una presión social que en la mayoría de los casos es imposible. Fotografías editadas, modelos con dietas insanas...

 

Ya hemos aceptado moralmente aquello que denominamos la "operación bikini" sin tener en cuenta que presenta muchos riesgos para nuestra salud. Las prisas nunca fueron buenas, pero no son negociables cuando hablamos de nuestro cuerpo.

 

Evita las dietas milagrosas

Lo que no debes hacer si quieres perder peso es sumarte a las dietas milagrosas. Seguro que te suenan algunas tendencias como Keto, paleo, el ayuno intermitente, batidos o incluso el uso de pastillas. Todas ellas muy bajas en calorías y nada saludables para nuestro cuerpo. No hace falta especificar tampoco el efecto rebote, la ansiedad que generan y lo poco viables que son para nuestro día a día. Es imposible generar adherencia a una restricción de estas dimensiones.

 

Si quieres acercarte al cuerpo que deseas, lo último que debes hacer es sumarte a tendencias irracionales que no podrás mantener más allá de dos semanas. Los milagros no existen. Y la única solución es mantener una dieta alta en vegetales y proteínas y con un consumo adecuado de carbohidratos. Si no sabes cómo hacerlo puedes seguir el método de los tres tercios: la mitad de tu plato deben ser vegetales, un cuarto proteínas y el cuarto restante hidratos.

 

No se trata de perder peso sino de una recomposición corporal. La única manera de lograr bajar el porcentaje de grasa es manteniendo un déficit calórico: consumir menos calorías de las que quemamos. Y para ello, la estrategia más adecuada no es la de una restricción calórica demasiado elevada. Incluir deporte en nuestro día a día es una alternativa más viable.

 

Cuando hablamos de deporte, vamos mucho más allá de correr en la cinta. El entrenamiento de fuerza puede permitirte aquello tan buscado como "acelerar el metabolismo". Tener un porcentaje más alto de masa muscular va a permitirte comer más sin subir el porcentaje de grasa. Los músculos demandan energía y utilizan los depósitos de glucosa del organismo. Contra mejor sea el entrenamiento, más calorías quemarás en reposo.

 

Fuente: elperiodico

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